Este curso ya estamos avanzando un poquito en el conocimiento de los números: secuencias, descomposiciones, cantidad, operaciones, relaciones entre ellos… y, desde el principio de curso, estamos trabajando el concepto de decena. ¿Qué nombre más raro verdad? ¿A qué os suena? Parece que ahí está escondido el 10, ¿a que sí? Pues algo tiene que ver, jaja.
Pero no os hemos contado nada de esto. ¡Ay
qué cabecilla tan loca tenemos!
Todo empezó hace unos meses cuando un día al entrar en clase, nos encontramos una sorpresa. En nuestro corcho de la asamblea había un panel gigante, unas casitas de números y otra caja grande muuuuy misteriosa.
Rápidamente fuimos a ver qué era aquello.
El edificio era enorme, con un
montón de pisos y, arriba del todo, ponía EL EDIFICIO DEL CIEN.
¡Parece que esto también tiene
que ver con los números, con el 100!
Observamos con mucha atención las casitas que había en el suelo. En esas casas viven números y, si las juntábamos, podíamos seguir contando sin parar hasta el 39.
Mientras contábamos y contábamos, nos
dimos cuenta de una cosa. En todas las casitas, los números eran de 2 colores
(rojo y azul), menos en la casita del 0 en la que todos eran azules.
¿Por qué estará entonces este
trocito rojo en todas las demás? ¡Ay qué lío! ¡Esto no nos cuadra!
¿Quién nos puede ayudar? Vosotros,
¿quién creéis que puede? ¿A quién podemos pedirle ayuda? Sabemos que hay
alguien que nunca nos falla y nos resuelve todos los problemas.
¡Síííííí… nuestro Mago Daniel!
Sin dudarlo, la seño se acercó a él y le contó todo lo que nos estaba pasando. Entonces nos dijo: Abrid esa caja misteriosa. Dentro hallaréis la solución.
Así fue como conocimos a “LA BROMISTA
ELENA Y SU MAGIA CON LAS DECENAS”
La seño nos la enseñó. Tenía un bolso muy chulo, palillos de dientes, botones, un traje precioso de maga y, por su puesto, su varita.
Después nos contó su historia. Al
principio era un poco triste, pero con un final súper feliz.
Era una niña que siempre estaba gastando
bromas a la gente: les sacaba la lengua, los asustaba… por eso al final se
quedó sin amigos. Se puso muy triste y comenzó a pensar qué podía hacer para
recuperarlos. Pensando y pensando, se le ocurrió una idea: ¿Y si aprendo a
hacer magia? ¡A todo el mundo le gusta la magia! Volveré a hacer sonreir a mis
amigos y los recuperaré.
Así lo hizo. Fue a estudiar a la escuela
de nuestro Mago Daniel. ¡Claro, por eso la conocía él!
Además, le encantaban las matemáticas, así
que decidió hacer “matemáticas mágicas” y su gran truco sería el de LAS
DECENAS.
No sabemos qué pasaría con sus amigos,
pero a nosotros nos conquistó. Os contamos cómo es ese truquillo.
Nos dijo que metiéramos en su
gorro diez palillos de los dientes. Contábamos muy bien para no equivocarnos y,
después, teníamos que repetir las palabras mágicas.
“Abra cadabra, dice Elena. Abra cadabra, que aparezca la decena”
Entonces, los palillos sueltos
del gorro aparecían por su cuello todos juntos, con una gomita roja que los
sujetaba y los hacía un montoncito. ¿Cómo es posible?
Comenzamos a mirar por todos los lados a ver si averiguábamos el truco de Elena.
Por arriba, por abajo, dentro del
gorro, detrás de su capa…. Pero nada. Aquí no se ve nada raro.
Y ella seguía haciendo su truco
una y otra vez. Entonces le preguntamos: Elena, pero… ¿para qué sirven estos
montoncitos de 10 palillos?
Son para que los pongáis debajo del trocito rojo que hay en vuestras casitas.
Si debajo del trocito rojo hay un
2 con ese color, necesitaréis poner dos montoncitos. Si hay 1, 1… y así tenéis que seguir jugando. Ah, los
números azules, son para poner palillos sueltos. ¿Os animáis a jugar a este
juego? ¡Claro que sí Elena!
Fue increíble comprobar cómo se
cumplía lo que decían los palillos. Por ejemplo, cuando llegamos al número 12 vimos
que el 1 era de color rojo y el 2 azul. Seguimos las instrucciones que nos dio
Elena. Pusimos 1 montoncito de palillos atados con la gomita roja (decena) y 2
palillos sueltos.
Entonces fue el momento de contar
cuántos habíamos puesto. Desarmamos el montoncito y vimos que tenía 10, lo
juntamos con los 2 palillos sueltos y tachán…. ¡ya tenemos el 12!
Genial. Ya sabemos que este
número tiene 1 decena y 2 unidades (así es como les decimos ya a los palillos
sueltos).
Es un concepto difícil y tenemos que seguir
practicándolo mucho, pero lo que más nos gustó fue jugar con esta maga tan
genial.
Antes de irse nos hizo el mismo truco, pero con botones. ¡Y también salió! Los botones sueltos aparecieron envueltos en un paquete de papel de plástico, como las pastillas de chuches que están tan ricas.
¡Fue increíble! Muchísimas
gracias Elena. Ven pronto a visitarnos de nuevo.
Cuando se fue, practicamos un
poquito más este concepto, pero lo hicimos con un material más fácil de
manipular para nosotros: con palitos de los polos.
La seño nos preparó un montón gigante en cada mesa. Nos trajo también dos cajas para cada grupo, una con la tapa roja y otra con la tapa azul. Ah, y un montón de gomitas rojas para fabricar nuestras decenas.
Nos divertimos muchísimo contando y haciendo los montoncitos. Lo de poner las gomas era un poco más complicado, pero con un poquito de ayuda, lo hicimos fenomenal.
Y, por fin… ¡ya tenemos nuestro material preparado!
Seguro que disfrutaremos con él
muchos ratitos y seguiremos aprendiendo un montón de cosas interesantes sobre
la decena.
Antes de irnos a casa, destapamos
un piso de ese gran panel. En estos pisos viven las decenas.
Poquito a poco las iremos conociendo y viendo de qué color son los números que aparecen.
Hablando de pisos y casas. En la nuestra también podemos practicar porque
seguro que hay palillos y gomas elásticas. Y vosotros… ¿os animáis? ¡Es muy
divertido! Y llegaremos a ser unos auténticos magos de las matemáticas. Miles
de decenas de besetes enormes.
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