Cuando
un niño se lastima y llora, los padres inmediatamente acuden a consolarlo, le
prestan atención. La atención refuerza esa conducta de llanto, es decir, el
niño aprende que cada vez que llora, los padres acuden a consolarlo aunque no
haya sufrido ningún tipo de daño.
Muchas
madres saben diferenciar estos dos tipos de llanto, pero siguen reforzando la
conducta de llanto que se produce sin que el niño haya sufrido ningún tipo de
dolor, lo que a la larga dará lugar a que el niño llore siempre que quiera
conseguir algo.
Como consecuencia negativa de
todo esto, el niño puede ejercer un control perfecto sobre sus padres, dando
lugar a pataletas y rabietas no sólo en casa, sino en cualquier tipo de
situación, colocando a los padres en un verdadero compromiso.
¿Qué se
podría hacer?. Como se ha expuesto anteriormente cada vez que el niño llora,
consigue la atención de los padres, por lo tanto, una forma de eliminar esta
conducta de llanto es que cada vez que el niño llore sin ningún tipo de causa
aparente, lo mejor es no prestarle atención.
Esto puede
resultar algo fastidioso, porque el niño puede estar llorando una hora, y es
algo difícil de soportar para los padres. Lo más apropiado seria que los padres
se pusieran de acuerdo para no prestarle esa atención que tanto le gusta al
niño cuando tiene una rabieta y sólo cuando se haya tranquilizado, los padres
deberían hablar con él, siempre de forma relajada, explicándole por qué no se
le puede dar o comprar aquello que tanto desea.
Si este
procedimiento se realiza correctamente, poco a poco irán disminuyendo esas
rabietas. Este procedimiento que recibe el nombre de extinción, se puede
utilizar para una gran variedad de conductas infantiles indeseables, como por
ejemplo, tirar cosas, gritar, pegarse, etc.
Para
conseguir que esa conducta indeseable (rabieta) se vaya eliminando de forma más
rápida, al mismo tiempo que no se le presta atención durante la rabieta, se
refuerza la conducta deseable, por ejemplo, si la madre y el niño van de
compras y el niño no monta ningún tipo de rabieta, la madre al llegar a casa
debería felicitarlo por lo bien que se ha portado, o por ejemplo decirle que si
se sigue portando así de bien, le dejará jugar con sus amigos más tiempo, o ver
su programa favorito de la tele.
A esto
se le denomina refuerzo positivo, es decir, cada vez que el niño realice la
conducta que es apropiada, va a recibir una recompensa (refuerzo positivo),
para que esa conducta se siga manteniendo y vaya desapareciendo la conducta no
apropiada (rabieta).
Cuando
la rabieta haya desaparecido totalmente esas recompensas tendrán que irse
eliminando también, para que el niño siga manteniendo la conducta apropiada sin
que reciba a cambio una recompensa.
La única recomendación es que hay que tener mucha paciencia,
porque este tipo de conductas (rabietas) necesitan tiempo para desaparecer
totalmente, ya que son aprendidas y lo mismo que se aprenden se pueden
modificar.
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