Hoy estoy especialmente contenta
porque, después de muchas horas de trabajo, ya puedo presentaros mi
"Edificio del 100".
Después de ver ideas maravillosas en las
redes de grandes compañeros quería embarcarme en un nuevo proyecto. Me han
encantado muchas de las casitas del 100 que he visto, pero también me daba
cuenta del gran trabajo que llevaba realizarlas. Así que, como siempre, ante
grandes retos, quería buscar nuevas variantes que aportaran funcionalidad y
aprovechar aún más todo ese tiempo invertido. Así que se me ocurrió la
siguiente idea.
"Si en lugar de ser una casa fuera un
edificio, también podríamos trabajar en él los ordinales".
Esta es la idea nueva que hoy os
aporto. Aquí la tenéis.
Añadiendo este elemento (símbolo de las
barberías típicas de Londres) podemos esconder los ordinales y descubrirlos
cuando queramos ponerlos en marcha. Así tenemos doble recurso en un mismo
material.
Ahora me gustaría explicaros cómo ha sido
su elaboración y qué complementos lleva para realizar múltiples actividades.
El panel es desmontable decena a decena,
así podemos irlas introduciendo poco a poco según las vayamos aprendiendo.
Están pegadas con velcro, lo que facilita mucho ponerlas y quitarlas.
Contamos con unas simpáticas ventanitas para trabajar
los números vecinos. Esta idea la vi en el maravilloso blog Rincón de una maestra
y me pareció fantástica para introducirla en nuestro edificio.
También en la parte de los ordinales
podemos realizar la misma actividad. Con el ascensor individual indicamos en
qué piso nos encontramos y con el ascensor doble trabajamos los pisos vecinos.
Este es otro elemento fantástico para
conocer perfectamente nuestro edificio del 100. Hacia arriba quitamos 10, hacia
abajo lo ponemos, hacia la izquierda quitamos 1 y hacia la derecha lo sumamos.
No podíamos olvidar los crucinúmeros. Por
su gran tamaño (idéntico al de los números) resultan muy atractivos y, cuando
los pegamos en el panel, parece realmente que han desaparecido los números que
faltan. Así que nos toca completar con rotulador de pizarra blanca.
Una vez que dominen los gigantes, tendrán
a su disposición estos crucinúmeros más pequeños y manejables con los que
podrán trabajar en su mesa.
¡Ah!, una cosita más ¿y si alguno pregunta
por el número 0?
En este edificio todo el mundo tiene
cabida. Lo que pasa es que vive en la terraza, justo detrás de los contadores
de luz. Aquí lo tenéis.
Y con esto, concluye la presentación de
este nuevo material. Más adelante os contaré cómo lo vamos trabajando. Espero
que os guste la idea y os sea de ayuda.
Nos vemos muy pronto.
Hasta entonces, muchos besetes.