Disfrutemos en familia
Los meses de verano son los ideales para divertirse al aire libre y llenarse de energía solar. Ahora, el sol es el protagonista y es el rey de las vacaciones,nos regala optimismo y vitaminas, pero también debemos recordar sus peligros (quemaduras en la piel e insolaciones); nuestros niños disfrutarán más que en cualquier otra época del año de los juegos... ¿cómo aprovechar el período de verano con la familia?
1.-Unas vacaciones "con" y "de" familia
¡Cuidado con programar cada jornada con infinitas actividades! Estos días debemos acabar en la medida de lo posibles, con los horarios, no se trata de "aprovechar" para aprender deportes o idiomas la 24 horas del día o de imponer a nuestros niños/as una larga lista de tareas. Si ocupamos toda la jornada con proyectos, no dará tiempo a descansar y cambiaremos unas obligaciones por otras. A veces es necesario estar con los niños/as porque sí, para gozar solamente de su compañía y ellos/as de la nuestra; podemos hablar, jugar, reír todos juntos..., en definitiva, tener disponibilidad para estar en familia.
Por otra parte, las rutinas (comidas, hábitos de higiene, vestido...) podrán flexibilizarse. No pasa nada si el niño/a come cuando tiene hambre o lo que le apetece, durante estos meses no es necesario ser tan riguroso. Quizá puedan saltarse algún día la hora de bañarse o vestir más informalmente....les explicaremos que hora estamos de vacaciones. En cambio, podemos permitir que ellos elijan los menús o no ayuden a hacer cosas de casa, así aprenderán que todo es diferente. Se trata de hacer lo que nos apetece y disfrutar del día a día sin cubrir programaciones de ocio por muy lúdicas que nos parezcan.
2.- ¿Enviamos a los niños "de campamento"?
Con la llegada del verano la oferta de actividades en centros de ocio, colegios, Ayuntamientos y Comunidades Autónomas se multiplica. Los padres deben decidir si envían a los niños/as de vacaciones unos días separados de ellos y si el campamento se adapta a las necesidades de sus hijos/as.
A los tres años en los niños/as se consolida la capacidad de recordar a sus padres e imaginárselos, se hacen algo más independientes y por tanto, ya desde esta edad pueden pasar uno o dos días separados de los padres, con abuelos, amigos...pero es a partir de los siete u ocho años cuando pueden separarse más días y disfrutar lejos de la familia, aunque la experiencia siempre es mejor si les acompaña alguien conocido (hermanos, primos, amigos...)
Algunos padres piensan que el campamento reforzará el nivel de autonomía de sus hijos/as pues se tendrán que ocupar de su higiene,de su ropa y de colaborar en el orden diario de las instalaciones; otros consideran que es demasiado largo el período estival y que los niños/as no pueden estar sin hacer nada tanto tiempo; otro grupo ve el campamento como elemento de socialización pues tendrán que compartir baño, ordenar con los compañeros su habitación...pero la decisión final se tomará teniendo en cuenta la edad del niño/a y su personalidad, pues lo más importante es que éste disfrute y participe en las actividades que ofrece el programa (contacto con la naturaleza, juegos al aire libre, deporte nuevos...) y no qu estos días lejos de la familia sean la continuación de un período educativo estricto para el niño/a.
3.- De excursión al campo con los niños/as
El verano es la estación ideal para salir al campo tempranito. Una excursión es una preciosa actividad para realizar en familia, respetando una seria de reglas sencillas pero básica: detenernos a descansar, contemplar el paisaje, sentir la naturaleza, escuchar el canto de los pájaros, disfrutar de las explicaciones de los papás sobre lo que vamos viendo...
Los niños/as no andarán mucho tiempo por la obligación "de andar", será necesario un paseo guiado y con objetivos a corto plazo. Por ejemplo, subiremos a una pequeña colina para ver nuestra casa desde "lo mas alto", iremos al bosque para buscar "el árbol encantado donde viven los gnomos"... El itinerario será bonito, pero no muy largo. Antes de salir prepararemos el equipo: unas playeras ligeras y cómodas, o unas botas de senderismo con calcetines adecuados, mochilas para todos (pues cada miembro de la familia aportará algo y el peso estará equilibrado). Llevaremos agua, leche, frutos secos y algo dulce.
Durante la excursión se nombrará un jefe que llevará el mapa, conocerá el camino y será el encargado de las paradas. Los niños/as se ponen a corre en cuanto empieza la marcha y debemos enseñarles a andar despacio para coger el ritmo de forma regular y parar de vez en cuando con el fin de respirar profundamente. En las excursiones podemos cantar para animarnos aunque conviene que los niños/as sepan respetar los sonidos de la naturaleza. En el campo hay montones de cosas para desarrollar el sentido de la vista y el olfato: nidos de pájaros, madrigueras de conejos, hormigueros, amapolas, romero, tomillo...los niños/as pueden recoger diferentes tipos de hojas para luego hacer su herbario personal, pueden buscar huellas, dejar marchas en el camino para volver como hacía Pulgarcito...
Lo más importante: disfrutar en familia de un maravilloso
paseo en plena naturaleza.
Recuerda:
- En vacaciones los horarios rígidos no existen, una agenda repleta de actividades de ocio no es aconsejable.
- Actividades como una excursión al campo con todos juntos y en familia ayudará a los pequeños/as a disfrutar del sol y del aire estival.
- Las vacaciones y el calor son un buen momento para recuperar rutinas como "echarse la siesta" y acostarse más tarde por la noche.