A veces estamos tristes
o tal vez muy preocupados
y apenas cuenta nos damos,
lo que alrededor existe.
Y de pronto una sonrisa
espontánea, fabulosa,
nos hace sentir dichosa
porque nos llega sin prisa;
en la carita infantil,
que expresa la alegría,
como la luz, que sería,
la de un sencillo candil.
Es una sonrisa hermosa,
que ilumina una carita,
para que luzca bonita
cuando en su cara se posa,
igual que una mariposa,
que alegra con su volar,
y podemos disfrutar
como ella vuela, vistosa.
Es así que una sonrisa
nos vuelve a la realidad
pues crea una suavidad
que nos llega como brisa;
que acaricia nuestra piel,
con una intensa ternura
y nos deja la dulzura
que tiene la rica miel.
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