OCURRIÓ UNA VEZ QUE UN CUERVO, DESPUÉS DE HABER ROBADO UN OLOROSO Y HERMOSO QUESO, SE SUBIÓ CON ÉL A LA RAMA MÁS ALTA DE UN ÁRBOL PARA COMÉRSELO CON TRANQUILIDAD A SALVO DE CUALQUIER PELIGRO. PERO UN ASTUTO ZORRO, QUE PASABA POR ALLÍ, OLIÓ EL QUESO Y AL VER AL CÓRVIDO, SE PUSO A PENSAR EN LA MEJOR MANERA DE QUITÁRSELO. ACTO SEGUIDO COMENZÓ A ADULARLE, VAMOS A HACERLE LA PELO:
-PERO, ¡QUÉ HERMOSO CUERVO ERES! ENTRE LAS AVES NO HAY OTRA CON TANTA BRILLANTEZ EN SU PLUMAJE, GALLARDÍA Y DONAIRE. SI TU VOZ ESTÁ A LA ALTURA DE TU HERMOSURA, DEBE SER TAN FASCINANTE, TAN PERFECTA Y TAN MARAVILLOSA...¡ME ENCANTARÍA ESCUCHARLA! ¡SERÍA UN HONOR OÍRTE CANTAR!
EL CUERVO, HINCHADO DE VANIDAD POR LOS ELOGIOS Y QUERIENDO MOSTRAR AL ZORRO SU MELODIOSA VOZ, COMENZÓ A CANTAR A PLENO PULMÓN, DEJANDO CAER EL QUESO QUE TENÍA SUJETO CON EL PICO.
EL ASTUTO ZORRO, QUE NO DESEABA OTRA COSA QUE LLENARSE LA BARRIGA CON EL SUCULENTO BOCADO, COGIÓ ENTRE SUS FAUCES EL QUESO Y, BURLÁNDOSE DEL CUERVO, LO SABOREÓ AHÍ MISMO SIN ESPERAR UN SEGUNDO.
EL PÁJARO, AL VER AL ZORRO DEVORAR CON TANTO DELEITE, MUY APENADO Y HAMBRIENTO, SE ALEJÓ DEL LUGAR.
MORALEJA:
QUIEN TE ALABA SIN CONOCERTE, ALGÚN INTERÉS PERSIGUE.
(FERNANDO N.-BASADO EN LAS FÁBULAS DE ESOPO)
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