Todo se ve inalcanzable desde un metro de altura. Nuestra lengua de trapo nos ayuda a expresar qué queremos. las cosas se nos pierden entre las manos, tan torpes y menudas. El mundo no cabe por nuestros ojos. Y, sin embargo, algo grandioso y determinante está ocurriendo en nosotros.
Sin duda, casi todo lo que necesitamos en la vida, sobre cómo ser y cómo vivir, lo aprendemos en esos primeros años. Con certeza, la sabiduría está en el montón de arena.
Compartir todo; no pegar a la gente; poner las cosas donde las encontré; lavarme las manos antes de comer; tirar de la cadena en el servicio; dibujar, pintar, bailar; jugar y trabajar algo todos los días; cuando salgo al mundo, tener cuidado del tráfico, agarrarme de la mano y permanecer juntos; estar atento a las maravillas; recordar la pequeña semilla en el plato: las raíces van para bajo y la planta crece para arriba, y realmente nadie sabe cómo ni por qué, pero nosotros somos iguales a esto.
Toma cualquiera de éstas normas y llévala al mundo adulto, y seguirá siendo verdad...Y continúa siendo cierto -no importa cuál sea tu edad- que, cuando salgas al mundo, es mejor que te agarres de la mano y permanezcas junto a alguien.
R. Fulghum
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