Una mañana temprano,
Melchor se despertó
con la nariz colorada
y un gran ataque de tos.
Llamó a su amigo Gaspar
y le dijo con voz ronca:
"Este año no podré
repartir yo los juguetes
porque duelen hasta los dientes".
Gaspar estaba en la cama
con su espalda dolorida,
un ataque de reúma
le ha encogido las rodillas.
Solo nos queda Baltasar,
¡qué trabajo que tendrá!
Pero ha pillado el sarampión
y le duele todo el cuerpo
desde la oreja al talón
Un ángel se ha enterado
de este grave problemón
y les manda unos jarabes
para aliviarles la tos.
Los niños y niñas de todo el mundo
les deseamos lo mejor
y este año pedimos
un saco lleno de amor.
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