¡Qué ganas teníamos de jugar con ella! ¡Por fin, ha llegado el día!
Hemos cortado trocitos, la hemos pellizcado, la hemos aplastado, la hemos amasado, hemos creado pequeñas obras de arte... todo un lujo para trabajar nuestra motricidad fina y divertirnos de lo lindo. ¡Nos encanta!
Pero también hemos aprendido algunas normas para jugar con ella.
Primero hemos charlado sobre el cuidado de nuestra salud. Es muy importante que no nos la metamos en la boca y, de nuevo, hemos usado nuestra silla de los Grandes Amigos para no olvidarlo. También hemos hablado sobre la higiene.
La plasti es un poquito pringosa y suele manchar el sitio donde la usamos. Pero... ¡no os preocupéis! Os vamos a contar qué hemos hecho nosotros para que todo quede reluciente y podamos volver a jugar con ella como si no hubiera pasado nada.
Paso número 1: Hemos limpiado todos los utensilios. Con ayuda de una bolita de plasti, nuestros rodillos y cuchillos de madera se han quedado como nuevos; sólo hay que arrastrar la bolita por encima de ellos. Después cazamos las pizquitas que haya en la mesa y, finalmente, redondeamos la bolita que hemos usado.
Paso número 2: Lo recogemos todo para que las mesas donde hemos jugado se queden libres. Ahora con la ayuda de una toallita, nos limpiamos nuestras manos. Ha sido muy divertido y hemos ido dedo por dedo cantando la canción de los nombres de cada uno. No hemos olvidado la palma y el dorso de las manos. ¡Buen trabajo!
Paso número 3: La seño ha echado en las mesas un "flish flish" que huele súper bien. Es un poquito de agua con jabón. Hemos estirado nuestras toallitas a modo de bayeta y.... ¡Dale que te pego!¡A limpiaaaaar!
Nuestras mesas se han quedado impecables. ¡Listas para una nueva actividad! ¡¡¡ Bravoooo !!!
Otro reto superado. ¿Os animáis vosotros a practicarlo? La plastilina es un juego fantástico. Seguro que averiguaremos otras muchas formas de jugar con ella. Ya os las contaremos. Muchos besetes.
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