Os seguimos contando otras actividades que hemos hecho para celebrar el día de la Paz. La siguiente se titula: “La Paz nace del corazón”. En esta actividad han participado todos los compis del centro; los de Infantil y también los de Primaria. Ha sido súper chula.
El profe Juan, que es el coordinador del programa “Escuela Espacio de Paz” de nuestro cole, nos dio una sorpresa. Nos trajo a clase unos corazones que tenían una forma como la patita de un pollito dentro. ¡Qué extraños! ¿verdad? Pues su historia era realmente bonita. La seño nos la contó.
Eran las huellas de un pequeño pollito que
de mayor quería ser como la Paloma de la Paz. Al final su deseo fue tan fuerte
y se esforzó tanto que consiguió recorrer el camino que lo llevaría a conseguir
su sueño; un camino de corazón. Como la Paz nace del corazón, estamos seguros
de que se convirtió en una auténtica paloma mensajera de la paz.
La seño nos preguntó qué cosas creíamos nosotros que este pollito se había encontrado en este camino. Teníamos muy claro nuestras respuestas, jaja. Seguro que se encontró palabras bonitas, abrazos, caricas, besos….. ¿A que eso sí es la Paz?
Claro que sí. Pues seguro que si ahora pintamos el corazón que nos ha traído el profe Juan, nosotros también podremos ser como este simpático pollito.
Primero vamos a colorear su patita y después el camino que recorre. ¿Estáis preparados? Elegid vuestro color favorito y… ¡Manos a la obra!
¡Qué bonitos se han quedado! ¡Nos
encantan!
Entonces llegó otra sorpresa. De nuevo, el profe Juan nos preparó un mural precioso para poder pegarlos. Bueno, hizo tres; dos para los compis de Primaria y uno para Infantil. ¡El nuestro es amarillo como nuestro pollitoooo! ¡Qué suerte! Además, es del color del Sol y nos gusta un montón. Rápidamente los pegamos y… ¡Tachááán! Aquí está este precioso mural.
Después, todos nuestros amigos de Infantil pegaron sus corazones y este es el resultado final.
Muchas gracias maestro Juan; nos ha
encantado esta actividad.
Una vez que la terminamos,
conversamos un ratito sobre ella: su color, lo que habíamos sentido al
convertirnos en esos pollitos…. y no podíamos parar de sonreir. Estábamos muy
alegres. Era como cuando aparece el arco iris en el cielo.
Entonces a la seño se le ocurrió que hiciéramos el símbolo del pollito de la paz, pero esta vez, lleno de esos colores. Cogimos muchos papelitos y los fuimos pegando muy despacito y muy ordenados.
¿Os gusta? Y ¿sabéis lo mejor de todo? Este trabajo nos lo llevamos a casita para recordar todo lo que hemos aprendido y para poder contárselo a todo el mundo. Sólo nos queda desearos una cosa.
Que en vuestra vida siempre brille el sol y los colores de la Paz. Besetes enormes.