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lunes, 19 de febrero de 2018

Descubriendo la escritura. Aprendiendo a escribir

     Las cuestiones que gravitan sobre la enseñanza y el aprendizaje de la escritura, y los saberes que marcan las elecciones didácticas que haremos en el marco de la práctica podrían agruparse del siguiente modo:


  •      El saber de maestras y maestros.
  •      El saber de niñas y niños.
  •      Acerca del sistema de escritura.
  •      Acerca de las actividades.
     Con respecto al saber de maestras y maestros, debemos decir que todos  ellos poseen un conocimiento acerca de la escritura y de su didáctica cimentado en su biografía escolar, su experiencia docente, su formación profesional y su capacitación permanente en diversos ámbitos culturales, incluyendo, por supuesto, el tipo o tipos de Centros de Educación Infantil en los que hayan trabajado y los alumnos que hayan tenido. Estos ingredientes dan como resultado particulares formas de intervención a la hora de enseñar a escribir. Bien sabemos, que, aunque compartamos la formación con otros colegas o el ámbito en el que ejercemos domo docentes, cada uno de nosotros actuará de forma particular y alcanzará los resultados esperados por diferentes y personales caminos.

     Cada docente tiene su forma de acceder a los conocimientos de niñas y niños, de evaluar quién sabe y cómo aprender, de conocer sus necesidades o inquietudes. Es muy importante tener claro que un buen diagnóstico inicial es el punto de partida para todas las elecciones pedagógicas que se hagan para enseñar a leer y escribir, y que mantener actualizado ese diagnóstico dará como resultado una valoración ajustada a la realidad del grupo y de las propuestas de futuro.

     Con respecto al saber de niñas y niños, son muchas las acciones que el docente puede concretar para acceder a él, para conocer si están alfabetizados, impregnados, interesados, letrados o curiosos. Sin duda, es un saber fundamental para echar a rodar la máquina del conocimiento, para accionar la palanca que despertará el interés y la motivación intelectual para entrar en el mundo de la cultura. Ya hemos dicho anteriormente que los niños aprender los quehaceres del lector y del escrito mucho antes de alfabetizarse, y en esa dirección deben apuntar las intervenciones docentes. Los chicos encuentran pronto "su" manera de escribir y, de la mano del docente irán accediendo paulatinamente a las convenciones de la escritura.

     Podemos abordar ahora el tercer punto planteado al principio, justamente acerca del sistema de escritura. Con respecto al sistema, niñas y niños deberán aprender que existe propiedades que cumple la escritura y que hacen de ella un sistema convencional, esto es:



  • Linealidad: las unidades de la escritura se disponen en línea.
  • Discontinuidad: existen algún tipo de fragmentación entre las unidades.
  • Cantidad mínima: deben haber un número mínimo de unidades de escritura.
  • Variación interna:debe haber cierta variedad entre las unidades.
  • Combinación y cierta selección en las agrupaciones: ya que no todas las combinaciones son admisibles.
     Y en referencia a las actividades, podríamos enfatizar una vez más que el aprendizaje de la escritura se desarrolla socialmente, en la interacción con los otros y en el enriquecimiento que representa el intercambio de saberes entre los propios niños y entre ellos y el docente. Nunca serán suficientes las propuestas que hagamos para acercarlos al mundo escrito, ya que de muchas maneras podemos dispones de estrategias que disparen aprendizajes significativos. Sin embargo, no está de más sugerir algunas opciones dentro del universo riquísimo de actividades que se emplean a diario:

  • Dictar textos al docente.
  • Completar textos con diversos grados de complejidad.
  • Escribir en grupos distintos textos según las necesidades que se presenten.
  • Leer entre todos materiales diversos.
  • Bucear en distintos soportes textuales.
  • Buscar datos específicos en listas, agendas, cuadros, esquemas, guías, etc.
  • Dictar textos a un compañero.
  • Escribir de forma personal algún texto que el docente pida.
  • Escribir en forma personal una nota a los propios padres.
  • Comunicar por escrito algo a las niñas y niños de otra clase.
  • Registrar en una lista tareas pendientes.
  • Completar la guía telefónica de la clase, o la lista de los cumpleaños.
  • Registrar actividades diversas que se hayan ido realizando en torno a un tema común o relevante.
     Son muchas las formas de aprender a leer y escribir y muchas también las maneras de enseñar, pero lo que no ponemos en duda es que:

SE APRENDE A LEER LEYENDO
Y A ESCRIBIR ESCRIBIENDO,
ASÍ QUE ¡MANOS A LA OBRA,
QUE NUNCA ES TARDE!

C. E. (Licenciada en Educación)

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