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lunes, 6 de noviembre de 2017

¿Sabemos educar en la diversidad?

¿Qué significa "tolerancia"?

      Cuando nos referimos a "tolerar", podemos entender esta palabra en sentido "pobre" o en sentido "rico". En sentido pobre damos a tolerar el significado de soportar, de tener paciencia ante los errores y fallos de los demás, de no agredir al que piensa distinto de nosotros, de dejar en paz a la persona que nos ofende, de no irritarnos ante de la diferencia...en sentido rico, damos a tolerar el significado de reconocer el pluralismo, de respetar la diversidad, de compartir con los demás las diferencias como algo positivo, beneficioso y enriquecedor. En este segundo sentido, la tolerancia no es la actitud de una persona débil, paciente, incapaz, tímida, resignada; tampoco la de una persona pedante, indiferente o elitista. Cuando hablamos de educar en tolerancia, debemos citar el comentario de la Declaración Universal de los Derechos del Niño:

      "El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquier otro tipo. Ha de ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que ha de consagrar sus aptitudes y energías al servicio de sus semejantes".

     La siguiente fábula fomenta a aceptación de las diferencias individuales como valores y no como elementos discriminatorios. Las diferencias están presentes, forman parte del individuo y, por extensión, del grupo.


"Los Siete Caballeros de Colores"

     Erase una vez, hace ya muchos años, en el Reino de los Colores había siete caballeros, todos muy valientes y osados y muy orgullosos de su color.
     El caballero rojo decía muy satisfecho:
     -Mi color es el más bonito. Mirad el fuego, las cerezas, las fresas y aquellas rosas rojas que parecen una llama viva.

     El caballero anaranjado le replicaba siempre:
     -El color rojo es el de la sangre, pero el mío es el color de las naranjas y de las mandarinas, y de las nubes cuando se pone el sol.

     Enseguida se entrometía el caballero amarillo:
      -Yo sí soy hermoso. Mirad el sol, el oro, los limones,la miel y muchas flores del campo.

     El caballero verde rompía a reír:
      -Él mundo es verde cuando está vivo. Mirad los montes, las praderas y los bosques.

     Pero el caballero azul gritaba:
      -Si de algún color es el mundo, ese es el azul. Mirad el mar y el cielo, que es una inmensa bóveda.

     El caballero añil presumido:
      -Mirad las montañas en la lejanía y a media tarde cuando el sol le da de soslayo. Son de color añil.

     Para terminar decía el caballero violeta:
      -La violeta es la flor más perfumada y más delicada del bosque. Es el color del sentimiento y de la emoción, del cielo en el crepúsculo.

     Y cada uno de ellos se pasaba horas ante el espejo contemplando los reflejos de su color; porque todos se creían el mejor y sólo veían defectos en los demás.

     Un día, el rey blanco y negro y la reina rosa les llamaron y les dijeron:
      -Estamos hartos de vuestras peleas y vuestras vanidades. Os ordenamos que en adelante vayáis siempre juntos y no discutáis por vuestras diferencias...¡qué aburrimiento si todos fuerais iguales! Se va a casar mi hija la princesa blanca y quiero decorar la portada de mi palacio con el adorno más bello que nadie haya visto jamás, os lo dejo en vuestras manos, caballeros de los colores.

     Los caballeros, como siempre muy vanidosos, empezaron a discutir y no se ponían de acuerdo. Entonces el rey los expulsó y los mandó más allá de las nubes. Allí ocurrió algo que nadie podía imaginar. Formaron el arco más bonito y esplendoroso que nadie había visto: el arco iris. Todos los caballeros conservaban su color pero estaban juntos. Aquello parecía a la vez una llama ardiente, una cesta de naranjas, un rayo de sol, un retazo de bosque, un sorbo de mar, una canasta de uva madura y el cielo en el crepúsculo. 

¡Era fantástico!


A.R.G (Psicopedagoga y Profesora 
Especialista en Educación Infantil)
     

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